Vencer al miedo

"El mundo en que vivimos es un mundo seguro, controlado, tranquilo y sin sobresaltos."
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El fantasma del miedo
 De la película Carnival o souls. Fuente: wikipedia
"El mundo en que vivimos es un mundo seguro, controlado, tranquilo y sin sobresaltos."


Este tal vez sea un sueño o ideal para muchas personas y es lo que se nos quiere vender desde muchos sectores que dominan la sociedad, el mundo y de hecho, sería lo realmente apetecible por todos ya que nadie quiere vivir en un mundo peligroso, descontrolado, caótico, estresante y lleno de sobresaltos convulsos permanentes como el que vivimos. 


No obstante el mundo es como es, o sea perfecto, y por tanto no podemos pretender cambiarlo de la noche a la mañana solo porque tenemos miedo de vivir así. Tener miedo es lo más normal del mundo y hay que entender y saber que los expertos lo califican de algo beneficioso. El miedo sirve para salvarnos la vida y por tanto, para sobrevivir. 

 
Es bueno tener un mecanismo de supervivencia extrema

De esta manera el miedo es el sentimiento que nos hace sentir el peligro, que nos avisa de lo que puede ocurrir más adelante de acuerdo con la situación que estamos experimentando. El miedo anticipa un futuro dañino, en el que posiblemente vamos a sufrir y por tanto activa los mecanismos de defensa, lucha o huida, de modo que por ejemplo en nuestro cuerpo se producen cambios a nivel hormonal que activan esos mecanismos. 

Y hasta aquí: "todo bien". Porque en principio y como dicen los expertos, el miedo es bueno. Pero, entonces, ¿Donde está el problema? Si el miedo es bueno ¿por qué nos hace sentir tan mal?


Pues la razón es bien sencilla: El exceso a todos los niveles. El exceso en cuestión de objetos del miedo, cantidad de miedo, momentos del miedo, peligrosidad real, influencias a la hora de sentir miedo, etc. El problema no radica en sentir miedo de forma natural sino en el uso abusivo que nuestro sistema de alarmas hace de él. Es como si cada 5 minutos sonaran las alertas de bombardeo en tu ciudad. ¡Qué agobio!
Los excesos son malos y los excesos de miedo, más 

Y no es de extrañar ya que cada vez que activamos los mecanismos del miedo lo que estamos haciendo es activar los mecanismos de la guerra, de la huida, de la lucha, del bloqueo emocional, la parálisis...y todo un reguero de posibles mecanismos que tienen una importancia capital a la hora de salvar la vida puntualmente pero que a la hora de sentirlos permanentemente es como tener en nuestro cuerpo 50 trillones de células en estado permanente de guerra y no de recuperación o restablecimiento. 


Eso quiere decir que, tan solo hablando del cuerpo físico, se ralentizan las trabajos del sistema inmunitario defensivo, el endocrino y el nervioso a la hora de recomponer lo que por el paso natural del tiempo se va perdiendo, de modo que la persona que vive en el estrés permanente del miedo está segregando en su cuerpo hormonas que impiden su mantenimiento para forzar un estado defensivo-atacante. 


En otras palabras, los procesos de curación se ralentizan o entorpecen mientras sentimos el miedo hasta tal punto que puede llegar a provocar procesos tales como enfermedades graves e incluso la muerte. Es más, una persona puede llegar a morir de miedo en el más literal de los sentidos de la expresión, llegando incluso a provocar un paro cardio-respiratorio o cualquier otro tipo de colapso que nos mate. 
Pero, ¿que ocurre a nivel mental?

En cuanto al nivel mental el miedo también causa estragos

El miedo es una situación mental y emocional que acelera los procesos mentales a nivel consciente hasta el punto que puede producir un colapso mental, sensación de irrealidad, pánico, comportamientos irracionales y mucho más, pero a nivel inconsciente es algo que se va cronificando, provocando la llamada ansiedad o angustia. 


En el inconsciente, la ansiedad es un mecanismo de alerta permanente que mantiene al consciente y al inconsciente en una especie es estado de súper alerta, procesando como amenaza cualquier estímulos externo que venga simplemente en mal momento por el conducto inadecuado. Por ejemplo podemos poner el típico chiste de una persona susceptible : 


"-Hola, ¿Cómo estás?

-!Pues anda que tú....!!!" 


Y esto que solo es un chiste puede llegar a poner a las personas en las situaciones más inverosímiles, hasta llevarlas a los estados que llamamos locura y que provocan comportamientos peligrosos o incomprensibles.


No obstante todo esto no es lo peor. Lo peor es cómo el miedo puede ser utilizado como arma social o incluso de guerra. Aunque lamentablemente el miedo se usa más como arma comercial que como otra cosa.  
El gran negocio del miedo

A nadie se le escapa que el miedo es un gran motivo para moverse. Por ejemplo, no nos vamos a suscribir a un seguro si no tenemos miedo a sufrir una desgracia, que quedaría cubierta en su alcance económico con ese seguro. Tampoco vamos a realizar ningún acto preventivo si no tenemos miedo de sufrir en el futuro algún daño. Es en definitiva, un motivador negativo que ayuda a moverse, actuar, hacer en definitiva. 


De esa forma el miedo es aprovechado por aquellos que desean que nos movamos en su provecho, como por ejemplo aquellos que se ofrecen para salvar nuestras vidas, véase la Iglesia, los políticos, y otros que fabrican o venden productos a primera vista muy beneficiosos pero que en general siempre demuestran ser más dañinos que buenos. 


Entre esos productos evidentemente están los fármacos o medicamentos, en inglés "Drugs", que suelen ser ofrecidos como remedios milagrosos procedentes de los más concienzudos estudios realizados con las más avanzadas tecnologías, pero que en realidad no suelen se más sustancias adictivas que pueden llegar a veces a modificar un síntoma en una proporción ligeramente superior a un placebo. 


Pero esto no es lo peor. Lo peor es cómo hacen que la gente haga, diga, actúe, se mueva, como los grupos de poder que dominan los medios quieren. Eso es lo peor, la esclavitud del marketing. 
La esclavitud del marketing

Las campañas políticas en nuestro país duran 15 días, de los cuales casi 4 años son una permanente y constante campaña política de lavado de cerebro sistemático por los medios, y el resto son la mera campaña de 15 días más el día de reflexión y el de votación.  Y es que esas campañas políticas no cesan nunca. 


En todo momento los partidos y sus partidarios comunicadores están haciendo campaña permanente acerca de las bondades de su gestión y muy especialmente echando sobre la población el fantasma del miedo. El miedo a los adversarios políticos. Esa es la mayor y mejor campaña política: "Cuidado que vienen los otros".


Y no es que no les falte razón, ya que los otros son de armas tomar, pero de la misma pasta de los que nos advierten del peligro de que otros ganen las elecciones. Eso lo que quiere decir es que su mejor argumento político es aludir a la peligrosidad, corrupción o incompetencia de los "supuestos" adversarios políticos, que en la realidad solo son colegas de la misma calaña que trabajan en organizaciones distintas, pero que obedecen al mismo amo.


Ahora es gracioso ver como todos atacan al nuevo partido que emerge como un volcán producto de las absolutas aberraciones de los que nos han gobernado en lo últimos años. Nos falta saber si ese nuevo partido proviene de las mismas fuentes que los llamados "la casta" o realmente son honestos. En política es muy dificil saberlo y hasta que no los probemos no los conoceremos. 


El hecho es que hasta el día de hoy ha estado dando resultado el negocio del miedo, la esclavitud que han ejercido sobre nosotros los que dominan los medios y que son capaces de poner en la menta de mucha gente una idea confeccionada siempre con la motivación del miedo. ¿Cómo conseguirían si no tanta participación en unos comicios donde se sabe que los que participan son una ineptos absolutos?
Pero, ¿Podemos deshacernos de tanto sometimiento al miedo?



Afortunadamente Sí. Aunque directamente no de todos los miedos ya que muchos están arraigados en lo más profundo del inconsciente pero sí de muchos miedos más superficiales y que nos dominan en el ámbito social. Por ejemplo el miedo al paro, a que gobierne tal o cual partido, a que nos quiten lo nuestro, o nuestros derechos, miedo a que ocurra lo que aquel líder predice...etc.


Y el truco es más sencillo de lo que parece. Consta de 2 partes: La verdad os hará libres y la ley de Murphy.


1- La verdad os hará libres: No aceptes nada que venga en los medios de comunicación sin haberlo verificado realmente. Niégalo todo salvo que venga de personas que puedan realmente estar libres de intereses económicos o presiones de los medios y poderes. Por regla general el lenguaje de los medios y de la política está tan manipulado que solo se suele hablar de 2 versiones, la buena y la otra, cuando en realidad la mejor opción es la que no te van a ofrecer. Detrás de cada palabra o frase hay siempre una trampa y perversión del lenguaje. Aunque sea tu líder, el que tu votas con el corazón, el que te parece el mejor periodista, no te lo creas y ponlo a prueba hasta que compruebes todas y cada uno de los posibles sentidos de su afirmación o comentario. Detrás de todos ellos siempre hay un mensaje de miedo de alguien que se ofrece como salvador. 


2- La ley de Murphy: Si algo puede salir mal, saldrá mal. Es la ley más positiva que existe aunque parezca lo contrario. Está pensada para que hagas las cosas bien pero ahora la aprovecho para que te sitúes donde te interesa: En la mayor o en la peor situación posible. Por tanto, acepta lo peor que pueda ocurrir, es decir, que te vas a quedar sin trabajo, que te vas a quedar en la calle, que casi vas a tener que mendigar, que te van a quitar tus derechos, etc...y cuando te hayas situado allí, empieza a valorar lo que realmente vale la pena. Lo que realmente es valioso para ti y deja de permitir que te amenacen con perder aquello que tal vez no vale tanto, ocupándote de lo que realmente vale. Cuando eres capaz de aceptar lo peor, ya no tienes nada de que temer. Ahora eres realmente libre y nadie te puede amenazar con esto o con aquello. Sólo eres libre. 


Por tanto, si quieres dejar de vivir bajo el chantaje del miedo, no compres y "muérete" (virtualmente),será cuando empezarás a vivir. 

Nota: Ésta afirmación no es apta para necios. Si no la entiendes no le des vueltas a la cabeza, que luego te puede doler. Solo se entiende con el corazón. 


Estoy a tu disposición

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Miguel Alarcón

Hipnoterapeuta y Coach
Especialista en ayudarte a salir de las adicciones con hipnosis
Especialista en ayudarte a encontrar tu alegría y tu bienestar.
Centro Magna
Tél. 619 788 150
info@centromagna.com
https://www.centromagna.com


 
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