Siguiendo en la línea del post anterior, y habiendo informado que voy a incluir una serie de artículos que ayuden a adelgazar y nos mejoren la comprensión de lo que nos está pasando...
Ver el artículo completo y el vídeo Siguiendo en la línea del post anterior, y habiendo informado que voy a incluir una serie de artículos que ayuden a adelgazar y nos mejoren la comprensión de lo que nos está pasando, debo empezar por continuar el escrito anterior en la línea de los alimentos con sabores dulces, salados y ácidos.
Éstos sabores, como puede usted comprobar en cualquier restaurante que los ofrezca, o en su propia casa, son sabores que incitan al consumo. Mis conocimientos no me pueden ofrecer una respuesta acerca de cual es la razón por la que estos sabores incitan al consumo pero cualquiera que lo pruebe se va a dar cuenta de ello.
Como podrá comprobar cuando se encuentra con un escaparate de una pastelería o panadería, aquellos alimentos dulces que ve le producen muchas ocasiones una atracción irresistible, salvo en algunos casos, pero la mayoría de las personas lo notan y las hay que cada día al pasar por delante tienen la absoluta necesidad de comprar algo que en el fondo no quieren comprar y después se sienten culpables.
Cuando llega cansado/a a casa y se tiene que preparar la comida o simplemente tiene hambre y no sabe qué comer es muy habitual que ataque alimentos pre-elaborados, salados, de poca cocción o que incorporen salsas y sabores que le hacen salivar en exceso, sin plantearse si es el alimento más adecuado para el momento.
El conocimiento de estos hechos produce que los fabricantes se afanen en preparar productos que cumplan las características de ser lo más apetitosos posible olvidando por completo el aspecto nutritivo y centrándose en el aspecto adictivo para favorecer la venta de su producto y así maximizar el beneficio.
La autoridades sanitarias conocen estos hechos y mucho más. El el documental de más abajo emitido por TV3 (en catalán) se puede ver que lo que estamos comprando en los establecimientos que suministran comida no es lo que pensamos.
El primer consejo es evitar alimentos excesivamente dulces, evitar alimentos excesivamente salados y alimentos excesivamente ácidos. Al reducir la intensidad de los sabores vamos a re-educar el paladar permitiendo reconocer la intensidad del sabor en alimentos más sanos y nutritivos.
Al tener menos necesidad de sabor tenemos menos necesidad de comida lo que lleva a reducir el hambre y a reducir por tanto la ingesta de calorías.
Espero que disfrutes del documental. Permanece con atención porque vendrán más cosas interesantes.
Miguel Alarcón
Coach de Bienestar
Centro Magna